Nos acostumbramos a tener balas infinitas (para todo en la vida) que cuando tenemos recursos limitados; lo que hacemos es ver simplemente una limitación y no somos capaces de abrir los ojos a un mundo de posibilidades que existen con el fin de tomar estas limitaciones como una ventaja.

Antes que nada, me refiero a balas infinitas como la capacidad de realizar una acción una y otra vez sin tener repercusiones. El problema de estas balas infinitas yace en que con el uso de la tecnología no le dediquemos tanto esfuerzo y planeación a nuestro trabajo, por que de alguna forma sabemos que volverlo a hacer no nos costará nada.

Siempre recuerdo la frase que dice: “No es lo mismo salir a tomar fotos con una cámara análoga en la que solo tienes 24 fotos, a salir con una digital en la que puedes tomar fotos ilimitadas.” Y tiene toda la razón, olividamos la importancia de las pequeñas acciones que le dan un valor profundo a cada obra.

Esta frase siempre la tengo muy presente por ejemplo, a la hora de escuchar música. Antes sólo habría Spotify o Youtube, y no daba tanta importancia a lo que sonara, solo daba play y ponía música aleatoria, confiando en el algoritmo de cada plataforma. Ahora en cambio, prefiero hacer las cosas a la antigua, buscar un disco en la biblioteca según mi estado de ánimo, y tratar de tomar la mejor decisión antes que solo dar play.

Para estos dos casos que menciono, siento que valoras mucho más cada disparo y piensas mucho más antes de tomar cada fotografía o dar play a una canción.

Es mejor tener pocas buenas opciones a tener muchas malas opciones. Así que limita tus propias balas para obtener los mejores resultados.

Foto de portada por Christian Mackie en Unsplash.

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